Antagonismo

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[editar] Antagonismo. Contradicciones antagónicas.

Contradicciones inconciliables, que se resuelven por la violencia. Así, por ejemplo, las contradicciones entre la burguesía y la clase obrera se resuelven por la revolución socialista. “El antagonismo entre el proletariado y la burguesía permanecerá como una lucha de clases que, llevada a su mayor grado de tensión, es una revolución completa” (Marx). En la U.R.S.S.; durante el período de transición, las contradicciones antagónicas entre la clase obrera y los campesinos, de una parte, y los kulaks, por la otra, fueron resueltos por la violencia: la liquidación de los kulaks como clase, sobre la base de la colectivización total. Las contradicciones entre la clase obrera y los campesinos no tienen carácter de antagonismo.


[editar] Contradicciones antagónicas y no antagónicas.

Para la dialéctica marxista la lucha de los contrarios, la lucha entre lo nuevo y lo viejo, es la fuente y el contenido intrínseco de todo desarrollo. El desarrollo implica siempre contradicciones, y sólo su eliminación asegura el movimiento progresivo. La dialéctica marxista distingue las contradicciones antagónicas y no antagónicas.

Las contradicciones antagónicas en la sociedad tienen por base los intereses inconciliables de fuerzas, clases o grupos enemigos. Las contradicciones de ese género sólo se eliminan por lo general por la violencia, vale decir, por una lucha de clases revolucionaria y la victoria de una clase sobre la otra, o bien, por guerras, &c. Así, las contradicciones entre la burguesía y el proletariado cuyos intereses esenciales son diametralmente opuestos, se eliminan por la revolución socialista. Mientras exista el capitalismo, “el antagonismo entre el proletariado y la burguesía es una lucha de clase a clase, lucha que llevada a su más alta expresión, es una revolución total”. (Marx, Miseria de la filosofía, Ed. alem.). En la URSS, en el período de transición del capitalismo al socialismo, había contradicciones antagónicas entre la clase obrera y el campesinado laborioso por una parte, y la burguesía urbana y los kulaks por la otra. El Estado de la dictadura del proletariado superó esas contradicciones antagónicas venciendo a las clases explotadoras. Otro ejemplo de contradicciones antagónicas: las contradicciones entre los Estados imperialistas, entre la burguesía imperialista de diversos países. En el origen de esas contradicciones se halla la lucha de los países capitalistas por los mercados y el deseo de ahogar a los competidores, la tendencia de los imperialistas rapaces a enriquecerse los unos a expensas de los otros. Y aunque estas contradicciones antagónicas no sean contradicciones de clase –lo que hace que sean menos fuertes, menos agudas que el antagonismo entre la clase de los proletarios y la clase de los burgueses– suscitan sin embargo, una lucha violenta entre los imperialistas de los diferentes países. En esas contradicciones residen las causas de las guerras imperialistas por un nuevo reparto del mundo, por los mercados, &c. El rasgo distintivo de las contradicciones antagónicas, es que se acentúan y se profundizan en el transcurso de su desarrollo, que se transforman en oposición, y que la lucha entre ellas desemboca en un conflicto agudo.

En el caso de las contradicciones no antagónicas, ya no se trata de clases enemigas con intereses diametralmente opuestos, y estas contradicciones tienen que ver con cuestiones particulares corrientes y no con cuestiones fundamentales. El rasgo distintivo de las contradicciones no antagónicas es que, a diferencia de las precedentes, no se transforman necesariamente en una oposición hostil y que la lucha entre ellas no desemboca en un conflicto. Un ejemplo de contradicciones de ese género lo ofrece la situación que existía antes de la edificación del socialismo en la URSS entre la clase obrera, representante del socialismo, y el campesinado, clase de pequeños propietarios. Pero los obreros y los campesinos tienen también importantes intereses comunes que compensan esas contradicciones: sólo el socialismo libera a obreros y campesinos de la servidumbre y la explotación y crea las condiciones de una vida humana y feliz verdaderamente. Por eso, la alianza de los obreros y campesinos es el principio supremo de la dictadura del proletariado. Las contradicciones no antagónicas, a diferencia de las contradicciones antagónicas, no se eliminan por medio de una lucha de clases encarnizada, sino por una transformación metódica y gradual de las condiciones económicas que constituyen la causa de esas contradicciones. La URSS ha ofrecido un ejemplo magnífico de la manera como es preciso superar las contradicciones no antagónicas entre la clase obrera y el campesinado, ejemplo de un enorme alcance internacional. Esas contradicciones fueron superadas en la URSS bajo la dirección del Partido Comunista, por medio de una transformación socialista progresiva de las pequeñas explotaciones campesinas. Pero fue igualmente por medio de la lucha como las contradicciones no antagónicas entre la clase obrera y el campesinado se eliminaron: lucha contra la mentalidad pequeño-burguesa del campesinado aferrado a la propiedad privada, lucha que no destruyó sino que consolidó la alianza de la clase obrera y el campesinado laborioso, lucha que desembocó en una atenuación progresiva de las contradicciones entre ellos. Las distinciones económicas y políticas que subsisten entre la clase obrera y el campesinado koljosiano, se deben a la existencia de dos formas de propiedad: la propiedad nacional y la propiedad koljosiana, formas que serán completamente liquidadas en el transcurso de la transición gradual de la etapa inferior del comunismo a su etapa superior (ver Clases en la URSS). Inspirándose en el ejemplo de la Unión Soviética, los países de democracia popular (ver), aprenden a superar, apoyándose en la alianza de las dos clases, las contradicciones entre los obreros y los campesinos, y a transformar la pequeña agricultura fragmentaria en una gran agricultura socialista.

La comunidad de intereses, fundada en la destrucción de los antagonismos, no significa sin embargo, que bajo el socialismo están eliminadas todas las contradicciones. El progreso de la sociedad socialista se efectúa también por la aparición y la eliminación de las contradicciones, por la lucha. Pero las contradicciones del desarrollo de la sociedad socialista no son las mismas: son contradicciones no antagónicas. Tales son, por ejemplo, las contradicciones entre las fuerzas avanzadas y las fuerzas retardatarias, inertes de la sociedad; entre la realidad socialista y las supervivencias del capitalismo en la conciencia de los hombres. La marcha de la sociedad soviética hacia el comunismo, no puede realizarse con éxito si no se lucha contra esas fuerzas inertes, contra todas las supervivencias del capitalismo en la conciencia de los hombres. Esas supervivencias se manifiestan bajo las formas más diversas: burocratismo, nacionalismo, cosmopolitismo, actitud no socialista con respecto al trabajo, la propiedad pública, &c. Sólo la lucha de lo nuevo contra lo viejo, de lo avanzado contra lo atrasado, es fuente de progreso aunque no haya clases antagónicas. Cualquiera que sea su naturaleza, las contradicciones no pueden superarse sino por medio de la lucha. Al cambiar el carácter, el contenido de las contradicciones, sólo las formas de la lucha son las que cambian. Para superar las contradicciones de la sociedad socialista, no es necesaria la revolución. Pueden ser eliminadas y lo son, sobre la propia base del socialismo, en el pasaje gradual del socialismo al comunismo. En el seno de la sociedad socialista, en la lucha de lo nuevo, de lo avanzado contra lo viejo y superado, el papel primordial pertenece a la crítica y la autocrítica (ver).


[editar] Contradicciones antagónicas y contradicciones no antagónicas.

(del griego ἀνταγωνιστής: adversario). Clases, tipos fundamentales de contradicciones, características del desarrollo de la sociedad en distintas condiciones históricas. En la base de las contradicciones antagónicas, específicas de todas las relaciones sociales en la sociedad basada en la explotación, se encuentran intereses inconciliables de clases, grupos y fuerzas sociales enemigos entre sí. Las contradicciones de este género se resuelven por medio de la lucha de clases revolucionaria y de la revolucion social que transforma el régimen social dado. El rasgo característico de las contradicciones antagónicas estriba en que en el proceso de su desarrollo, se agudizan, se hacen más hondas y la lucha entre ellas llega hasta el conflicto agudo. No obstante, las formas en que el conflicto se resuelve son determinadas por las condiciones históricas concretas de la lucha. Son un ejemplo claro de estas contradicciones las que existen entre la burguesía y el proletariado en la sociedad capitalista, así como aquellas que se dan entre estados imperialistas; las últimas arrancan de la lucha existente entre los países capitalistas por los mercados y esferas de influencia, o sea de la competencia. Y aunque las contradicciones mencionadas en último término no son de clase y resultan, por ende, menos fuertes y agudas que el antagonismo entre proletariado y burguesía, llevan a la lucha violenta entre los imperialistas de países diferentes. En tales contradicciones se encuentran las causas de las guerras imperialistas por un nuevo reparto del mundo, por los mercados de venta, &c. Las contradicciones no antagónicas expresan las que se dan no entre clases enemigas, sino entre clases y grupos sociales que poseen, además de contradicciones entre sí, una comunidad de intereses esenciales. El rasgo característico de tales contradicciones estriba en que, en su desarrollo, no se transforman forzosamente en una oposición hostil y la lucha entre ellas no llega hasta el conflicto. Pueden servir como ejemplo de tales contradicciones las que existían en la U.R.S.S., antes de la construcción del socialismo, entre la clase obrera, portadora del socialismo, y el campesinado como clase de pequeños propietarios. Las contradicciones no antagónicas no se superan mediante una encarnizada lucha de clases, sino a través de la transformación gradual y planificada de las condiciones económicas y de otra índole que las originan. Estas contradicciones, como las demás, cualesquiera que sean, también se superan por medio de la lucha de lo nuevo contra lo viejo, de lo progresivo contra lo atrasado, de lo revolucionario contra lo conservador. Con el cambio del carácter, del contenido de las contradicciones, cambian sólo las formas de su superación. Pero la contradicción como ley del desarrollo no desaparece bajo el socialismo. “Antagonismo y contradicción no son de ningún modo una misma cosa. El primero desaparece bajo el socialismo; la contradicción persiste” (Recopilación leninista, XI, 1929, pág. 357).

[editar] Contradicciones antagónicas y no antagónicas.

(gr. antagonistes: adversario.) Tipos cualitativamente distintos de contradicciones del desarrollo social. Las contradicciones adquieren el carácter antagónico al entrar en colisión los intereses materiales contrarios, incompatibles, de las distintas comunidades o fuerzas sociales. Las contradicciones antagónicas son típicas de las sociedades explotadoras, pues son engendradas por las mismas causas que las relaciones de explotación. En el proceso de su desarrollo, las contradicciones antagónicas se agudizan y profundizan, adquieren el carácter de enconado conflicto entre las clases y se resuelven mediante la liquidación de una de las partes en pugna en el curso de la lucha de clases y la revolución social, que cambia el régimen social dado. Las formas de solución de este conflicto se determinan por las condiciones históricas concretas. Las contradicciones antagónicas penetran todo el mecanismo de la producción mercantil capitalista, incluyendo las relaciones entre el proletariado y la burguesía y la lucha competitiva entre los capitalistas y los monopolios capitalistas, así como las contradicciones entre los Estados imperialistas que entran en conflicto en la lucha por los mercados y las esferas de influencia. Testimonio de la gravedad de estas últimas contradicciones es el hecho de que constituyeron la fuente de las dos guerras mundiales en el siglo 20. Las contradicciones antagónicas se manifestaron también en la lucha de liberación que condujo a la liquidación del sistema colonial del imperialismo. Sin embargo, no han sido eliminadas aún las contradicciones antagónicas entre los Estados imperialistas y sus ex-colonias, que procuran lograr la independencia no sólo política, sino, también, económica. Marx decía: “Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos...” (t. 13, pp. 78). Únicamente en el contexto del socialismo desaparecen los antagonismos, pero quedan las contradicciones. El desarrollo de la propiedad socialista condiciona la unidad de los intereses básicos de todas las clases y grupos sociales de la sociedad socialista, lo cual suprime la base objetiva de la existencia de las contradicciones antagónicas. De aplicarse una política acertada, las contradicciones no antagónicas pueden no desembocar en conflicto y resolverse oportunamente en interés de toda la sociedad, y no de una de sus partes, mediante la transformación gradual y planificada de las condiciones económicas, sociales y otras, que originan estas contradicciones. Las contradicciones no antagónicas, como las demás, se resuelven también por medio de la lucha de lo nuevo contra lo viejo, de lo avanzado contra lo atrasado, de lo revolucionario contra lo conservador. La sociedad socialista está interesada en la solución consciente de las contradicciones no antagónicas que surgen, por lo cual estimula la actividad encaminada a ponerlas de manifiesto (Crítica y autocrítica) y a determinar las vías y métodos de su solución, que sean óptimos en las condiciones dadas. Al mismo tiempo, la sociedad socialista no está excluida de la esfera de acción de las contradicciones antagónicas, enfiladas en este caso hacia afuera, pudiendo manifestarse en las relaciones con el mundo capitalista. La naturaleza del socialismo se deja sentir aquí en que él trata de regular la acción de las contradicciones antagónicas, evitar que las cosas lleguen a un conflicto preñado de peligro de una guerra nuclear, y asegurar la coexistencia pacífica de los Estados con diferentes regímenes sociales.

[editar] Bibliografía.

  1. Diccionario filosófico marxista · 1946:12-13
  2. Diccionario de filosofía y sociología marxista · 1959:9
  3. Diccionario filosófico abreviado · 1959:88-89
  4. Diccionario filosófico · 1965:85-86
  5. Diccionario de filosofía · 1984:87-88