Consulta catalana (refundición)

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Última edición: 09:31 6 oct 2014

Contenido

[editar] ¿Cómo conjugar estos dos textos?:

"Marea Granate Viena exigimos al gobierno central que facilite la consulta catalana, en el marco de un proceso de diálogo donde el Estado Español se reformule hacia una realidad más federal y de democracia participativa. Nos hacemos eco de la voluntad del pueblo catalán, pero denunciamos las políticas de su gobierno actual.

Con el consenso de la asamblea de Marea Granate Viena:

Salvador Espada Raquel López Corbacho Elba López Oelzer Javier de Pedro Jaume Perelló"

"MG viena no ha alcanzado consenso en esta materia y evita posicionarse al respecto"

[editar] Otro texto anterior de Pablo Torija:

[editar] Texto siendo editado (métele mano, y ennegritea los cambios)

Estoy en contra del derecho de autodeterminación de Catalunya. Estoy en contra desde la izquierda, desde la defensa de la educación y la sanidad pública, desde él que combate al capitalismo. Mi postura es marginal (prácticamente única) dentro de la izquierda, pero es coherente con los planteamientos de la izquierda. Mi opinión ha ido cambiando en los últimos años, así que, puedo de nuevo, estar equivocado.


Sobre los derechos

La razón principal por la cual estoy en contra de la consulta catalana (hay varias) parte de los siguientes dos axiomas:

Un derecho (individual o colectivo), para ser tal, ha de ser universal. Si una persona o colectivo tiene un determinado derecho, lo tiene porque el resto de personas o colectivos también lo tenemos. No tenemos derecho a viajar todos los años a Tailandia de vacaciones porque ese derecho no es universalizable. Si todas las personas viajasen todos los años a Tailandia, se produciría un calentamiento global tan fuerte que mandaríamos el planeta a la mierda. Por tanto viajar a Tailandia de vacaciones no es un derecho. El derecho a la integridad física, a la educación o a la alimentación si son derechos ya que son universalizables.

Los derechos se organizan jerárquicamente. El derecho a viajar a Tailandia iría en contra del derecho a la salud y de la alimentación o a la biodiversidad (entre otros), debido al cambio climático producido por los vuelos. Estos derechos están por encima del derecho a viajar a Tailandia, por lo tanto tenemos que renunciar al derecho de viajar a Tailandia por el derecho a comer. Lo mismo pasa con el fumar en los espacios cerrados: tu derecho a fumar impide mi derecho a la salud. Como el derecho a la salud es jerárquicamente superior al tuyo a fumar, pues no puedes fumar.


Comunidades imaginarias

Tenemos una amiga ella es emigrante explotada en Austria, hija de emigrantes andaluces currantes que decidieron irse a probar suerte en Catalunya. Ella con Artur Mas no comparte: ni costumbres, ni historia personal o familiar, ni lengua materna, ni tradiciones familiares, ni cosmovisión, ni ideología, ni situación económica, social o laboral, ni sexo y posiblemente ni siquiera gusto estético. Lo único que comparte es la identidad catalana (y haber nacido en una determinada área geográfica, aunque en el caso de algunos catalanes, como Pepe Rubianes, no es tampoco se aplica).

Ésta es la misma situación que se daba en America. En America (del Norte y del Sur) se crean los primeros Estados-Nación nacidos de la división de otros estados (Gran Bretaña y España). Si bien en America del Norte el lema “no más impuestos sin representación” es importante, lla existencia de un par de generaciones de personas que jamás había visitado Gran Bretaña generó una separación identitaria con respecto a la metrópoli, incluso si los Norteamericanos compartían muchas similitudes con los Ingleses.

El caso más excepcional es el de America del Sur. Allí la independencia está liderada por los criollos, una élite económica y social que una vez logra su independencia de España comienza una serie de guerras para dividir las ex-colonias en Estados más pequeños. Desde un punto de vista cultural, económico, político, social, lingüístico, etc... estas élites eran idénticas entre sí. Sin embargo se declaran la guerra en nombre de la Nación (Peruana, Ecuatoriana, Boliviana, Venezolana y Colombiana). ¿Por qué lo hacen? Según la gente que ha estudiado el tema, el único motivo es el identitario. Los criollos residentes en Quito (Lima, Bogotá, etc..), tenían lazos económicos y comerciales con el resto del país (Ecuador), formaban parte de una élite que se conocía, aunque fuese de oídas, las noticias tanto políticas, culturales y comerciales se centraban en los alrededores de la capital, de manera que se creaban una serie de comunidades imaginarias (éste no es un concepto mío sino de un estudioso del tema, Benedict Anderson, y son imaginarias porque uno no conoce a todos sus miembros, sino que se los imagina). La idea de pertenencia, la idea identitaria, llega aquí a su máximo exponente, ya que las élites nacionales de estos países sólo se diferencia por dicha identidad. Entorno a esta identidad construyen su nacionalidad.

A mi personalmente, la idea de la identidad nacional me parece un timo. Hay grupos de personas que comparten mucho más que la identidad nacional (por ejemplo explotación laboral) y cuya característica común determina muchos más aspectos cotidianos que la identidad nacional. Además dichas identidades son mucho más potentes a la hora de crear un mundo mejor. Sin embargo esas otras identidades quedan sublimadas por la relevancia que toma en la actualidad la identidad nacional (otra de mis críticas a todo este proceso).

En cualquier caso, vamos a dar por válido el tema identitario como la fuente de la nación. De echo el castrado Estatut establecía en su preámbulo: “El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación “. Lo que recoge el Parlament es ese sentimiento identitario y ese sentimiento es la fuente de la nación (parece que Mas y Zapatero, o sus asesores, también conocían la idea de comunidades imaginarias de Benedict Anderson).

La autodeterminación como un derecho de las comunidades imaginarias

Ahora volvemos a la pregunta. ¿Existe el derecho de determinación de los pueblos/naciones? Partamos de la base de la nación catalana. Si una nación es como en Catalunya, nación por sentimiento identitario, tendríamos un problema. ¿Por qué? Porque el derecho a tener un estado propio de cualquier comunidad imaginaria supondría la desaparición de otros derechos de carácter jerárquicemente superiores (a mi entender, en este caso) como es el derecho a la educación pública, a los derechos laborales y a un medio ambiente aceptable (entre otros). La posibilidad de que cualquier comunidad/pueblo/nación pueda constituirse en un estado multiplicaría, obviamente el número de estados. Esto supondría varios problemas:

a) De tipo ecológico. Una de los principales problemas en las diferentes cumbres climáticas es la facilidad con que los países pueden escurrir el bulto culpándose los unos a los otros. En general, y esto está estudiadísimo, un incremento del número de agentes dificulta la coordinación entre los mismos. El parasitismo (free-riding) se dispara y es muy difícil colaborar en temas ambientales, ya que es muy fácil que algunos estados decidan apuntarse a la moda del dumping ecológico para lograr inversiones. Algunos países pueden aceptar (y de hecho aceptan) normativas muy laxas con respecto a las industrias del acero, nuclear, o con altas emisiones de CO2 para lograr que dichas industrias se alojen en sus países. Esos países tendrían ventajas económicas que afectarían al medio ambiente que todos tenemos derecho a disfrutar.

b) De tipo laboral: Cuando hay una huelga en Tailandia, lo primero que les dicen los dueños es: “como sigáis así nos vamos a China”. La existencia de múltiples estados también facilitará la existencia de algunos con condiciones laborales ínfimas que acaparen inversión intensiva en mano de obra. Las maquilas en la frontera entre EEUU y México son (eran) un ejemplo de las perversiones de esta posibilidad. Con muchos estados, las condiciones laborales tenderán a reducirse en todos ellos. El capital es el que gana. El derecho a un trabajo digno es el que pierde.

c) De tipo fiscal y financiero: He conocido gente de todas partes, incluyendo nacionales de paraísos fiscales. Y es increíble la facilidad que tienen para justificar las políticas fiscales y financieras de sus países (aquí hablo de gente de Luxemburgo y de Liechtenstein). Saben que están minando el derecho a la salud y a la educación pública de sus países vecinos (Francia y Alemania, principalmente) pero oye, que lo ven lo más normal y saludable. En un documental (creo que de director austriaco) ponían a hablar al presidente de unas islas de éstas que son un paraíso fiscal. El tipo era un pescador, no tenía ni idea de finanzas, pero parece que alguien le dijo: “Oye tú, quieres vivir la vida a todo tren” y debió de decir que sí... Y ahí están acaparando dinero proveniente del narco-tráfico, la venta de armas y los evasores de impuestos. Lo de “me voy con los amigos a fundar un micro-estado paraíso fiscal” es un poco de coña, pero así es como han ido las cosas en otras partes. El valle de Arán se independiza porque oye, tienen el aranés y rápidamente se convence a sus ciudadanos en que pueden vivir mucho mejor si aprueban unas leyecitas de nada, una reducción de impuestos directos a tipo 0, y listo. Y quién dice el valle de Arán dice Pedralbes. ¿Por qué no? ¿Qué van a perder, la sanidad y la educación pública que no utilizan? Se independizan y punto... y nada de pagar impuestos, que eso es de pobres.

El caso de los paraísos fiscales y lo que favorecen el desmantelamiento de los servicios públicos (favorecen el tráfico de armas y de drogas) es un extremo, pero todos conocemos la competitividad a la baja en tema de impuestos: Diferentes Estados que compiten por atraer inversión extranjera a base de reducir impuestos. El caso más reciente que hemos vivido fue con el tema del Eurovegas... Madrid y Barcelona a ver quien se bajaba más los pantalones ante el capitalismo (eliminación de impuestos durante X años, modificación de leyes, infraestructuras gratuitas). Es ocurrió dentro de España pero es una tendencia internacional. La competencia entre estados, obviamente se hace más fuerte cuando se incrementan el número de estados. Y cuando se reduce la base impositiva directa y a empresas se incrementan las desigualdades sociales y se reducen los servicios públicos. Aquí, de nuevo gana el capitalismo. Aquí se pierden derechos sociales (educación, sanidad, etc.).

bonus) [Fuera de la lógica discursiva llevada hasta ahora, pero otro motivo para estar en contra de los procesos de independencia como el catalán] Adicionalmente indicar que si queremos usar el Estado como herramienta contra el capital. Lo que queremos es un Estado-herramienta grande, no uno pequeñito. En un mundo dónde las empresas son cada vez más monstruosas, el tamaño de los estados tiene, por lo menos que moverse al mismo ritmo, estados cada vez más pequeños serán cada vez menos capaces de frenar las corporaciones capitalistas.
 Conclusión 
En resumen, si planteamos el derecho a decidir, como el derecho de las comunidades imaginarias (naciones o pueblos) a tener un estado propio. Yo estoy en contra de dicho derecho. Porque si es un derecho y por tanto universal, se pierden una gran cantidad de derechos (laborales, ecológicos y sociales) que a mi modo de ver son muy superiores.


Nota adicional: Ni que decir tiene

Todo esto no quiere decir que esté en contra de la protección de las diferentes lenguas tanto oficiales como no oficiales de España. De cuidar el folclore de las distintas regiones. Pero desde luego no a través de la creación de Estados. En Catalunya se podría proponer un cambio en la constitución Española que suponga un blindaje al catalán (y de otras lenguas): Política lingüística y educación en materia lingüística por parte de las CCAA, posibilidad de hablar en Catalán/Euskera/... en Juzgados de las CCAA, en el parlamento y en el Senado. Con esto si estaría de acuerdo. El derecho individual a hablar en Catalán y el derecho colectivo (como planeta) a la diversidad lingüística no va en contra de ningún otro derecho fundamental de carácter superior.

Si es un tema económico: Balanzas fiscales y demás, bueno, pues sí los ricos pagan más impuestos que los servicios públicos que reciben a cambio. Las balanzas fiscales de los ricos son siempre deficitarias.

[editar] Texto originario (no editar aquí)

Estoy en contra del derecho de autodeterminación de Catalunya. Estoy en contra desde la izquierda, desde la defensa de la educación y la sanidad pública, desde él que combate al capitalismo. Mi postura es marginal (prácticamente única) dentro de la izquierda, pero es coherente con los planteamientos de la izquierda. Mi opinión ha ido cambiando en los últimos años, así que, puedo de nuevo, estar equivocado.


Sobre los derechos

La razón principal por la cual estoy en contra de la consulta catalana (hay varias) parte de los siguientes dos axiomas:

Un derecho (individual o colectivo), para ser tal, ha de ser universal. Si una persona o colectivo tiene un determinado derecho, lo tiene porque el resto de personas o colectivos también lo tenemos. No tenemos derecho a viajar todos los años a Tailandia de vacaciones porque ese derecho no es universalizable. Si todas las personas viajasen todos los años a Tailandia, se produciría un calentamiento global tan fuerte que mandaríamos el planeta a la mierda. Por tanto viajar a Tailandia de vacaciones no es un derecho. El derecho a la integridad física, a la educación o a la alimentación si son derechos ya que son universalizables.

Los derechos se organizan jerárquicamente. El derecho a viajar a Tailandia iría en contra del derecho a la salud y de la alimentación o a la biodiversidad (entre otros), debido al cambio climático producido por los vuelos. Estos derechos están por encima del derecho a viajar a Tailandia, por lo tanto tenemos que renunciar al derecho de viajar a Tailandia por el derecho a comer. Lo mismo pasa con el fumar en los espacios cerrados: tu derecho a fumar impide mi derecho a la salud. Como el derecho a la salud es jerárquicamente superior al tuyo a fumar, pues no puedes fumar.


Comunidades imaginarias

Tenemos una amiga ella es emigrante explotada en Austria, hija de emigrantes andaluces currantes que decidieron irse a probar suerte en Catalunya. Ella con Artur Mas no comparte: ni costumbres, ni historia personal o familiar, ni lengua materna, ni tradiciones familiares, ni cosmovisión, ni ideología, ni situación económica, social o laboral, ni sexo y posiblemente ni siquiera gusto estético. Lo único que comparte es la identidad catalana (y haber nacido en una determinada área geográfica, aunque en el caso de algunos catalanes, como Pepe Rubianes, no es tampoco se aplica).

Ésta es la misma situación que se daba en America. En America (del Norte y del Sur) se crean los primeros Estados-Nación nacidos de la división de otros estados (Gran Bretaña y España). Si bien en America del Norte el lema “no más impuestos sin representación” es importante, lla existencia de un par de generaciones de personas que jamás había visitado Gran Bretaña generó una separación identitaria con respecto a la metrópoli, incluso si los Norteamericanos compartían muchas similitudes con los Ingleses.

El caso más excepcional es el de America del Sur. Allí la independencia está liderada por los criollos, una élite económica y social que una vez logra su independencia de España comienza una serie de guerras para dividir las ex-colonias en Estados más pequeños. Desde un punto de vista cultural, económico, político, social, lingüístico, etc... estas élites eran idénticas entre sí. Sin embargo se declaran la guerra en nombre de la Nación (Peruana, Ecuatoriana, Boliviana, Venezolana y Colombiana). ¿Por qué lo hacen? Según la gente que ha estudiado el tema, el único motivo es el identitario. Los criollos residentes en Quito (Lima, Bogotá, etc..), tenían lazos económicos y comerciales con el resto del país (Ecuador), formaban parte de una élite que se conocía, aunque fuese de oídas, las noticias tanto políticas, culturales y comerciales se centraban en los alrededores de la capital, de manera que se creaban una serie de comunidades imaginarias (éste no es un concepto mío sino de un estudioso del tema, Benedict Anderson, y son imaginarias porque uno no conoce a todos sus miembros, sino que se los imagina). La idea de pertenencia, la idea identitaria, llega aquí a su máximo exponente, ya que las élites nacionales de estos países sólo se diferencia por dicha identidad. Entorno a esta identidad construyen su nacionalidad.

A mi personalmente, la idea de la identidad nacional me parece un timo. Hay grupos de personas que comparten mucho más que la identidad nacional (por ejemplo explotación laboral) y cuya característica común determina muchos más aspectos cotidianos que la identidad nacional. Además dichas identidades son mucho más potentes a la hora de crear un mundo mejor. Sin embargo esas otras identidades quedan sublimadas por la relevancia que toma en la actualidad la identidad nacional (otra de mis críticas a todo este proceso).

En cualquier caso, vamos a dar por válido el tema identitario como la fuente de la nación. De echo el castrado Estatut establecía en su preámbulo: “El Parlamento de Cataluña, recogiendo el sentimiento y la voluntad de la ciudadanía de Cataluña, ha definido de forma ampliamente mayoritaria a Cataluña como nación “. Lo que recoge el Parlament es ese sentimiento identitario y ese sentimiento es la fuente de la nación (parece que Mas y Zapatero, o sus asesores, también conocían la idea de comunidades imaginarias de Benedict Anderson).

La autodeterminación como un derecho de las comunidades imaginarias

Ahora volvemos a la pregunta. ¿Existe el derecho de determinación de los pueblos/naciones? Partamos de la base de la nación catalana. Si una nación es como en Catalunya, nación por sentimiento identitario, tendríamos un problema. ¿Por qué? Porque el derecho a tener un estado propio de cualquier comunidad imaginaria supondría la desaparición de otros derechos de carácter jerárquicemente superiores (a mi entender, en este caso) como es el derecho a la educación pública, a los derechos laborales y a un medio ambiente aceptable (entre otros). La posibilidad de que cualquier comunidad/pueblo/nación pueda constituirse en un estado multiplicaría, obviamente el número de estados. Esto supondría varios problemas:

a) De tipo ecológico. Una de los principales problemas en las diferentes cumbres climáticas es la facilidad con que los países pueden escurrir el bulto culpándose los unos a los otros. En general, y esto está estudiadísimo, un incremento del número de agentes dificulta la coordinación entre los mismos. El parasitismo (free-riding) se dispara y es muy difícil colaborar en temas ambientales, ya que es muy fácil que algunos estados decidan apuntarse a la moda del dumping ecológico para lograr inversiones. Algunos países pueden aceptar (y de hecho aceptan) normativas muy laxas con respecto a las industrias del acero, nuclear, o con altas emisiones de CO2 para lograr que dichas industrias se alojen en sus países. Esos países tendrían ventajas económicas que afectarían al medio ambiente que todos tenemos derecho a disfrutar.

b) De tipo laboral: Cuando hay una huelga en Tailandia, lo primero que les dicen los dueños es: “como sigáis así nos vamos a China”. La existencia de múltiples estados también facilitará la existencia de algunos con condiciones laborales ínfimas que acaparen inversión intensiva en mano de obra. Las maquilas en la frontera entre EEUU y México son (eran) un ejemplo de las perversiones de esta posibilidad. Con muchos estados, las condiciones laborales tenderán a reducirse en todos ellos. El capital es el que gana. El derecho a un trabajo digno es el que pierde.

c) De tipo fiscal y financiero: He conocido gente de todas partes, incluyendo nacionales de paraísos fiscales. Y es increíble la facilidad que tienen para justificar las políticas fiscales y financieras de sus países (aquí hablo de gente de Luxemburgo y de Liechtenstein). Saben que están minando el derecho a la salud y a la educación pública de sus países vecinos (Francia y Alemania, principalmente) pero oye, que lo ven lo más normal y saludable. En un documental (creo que de director austriaco) ponían a hablar al presidente de unas islas de éstas que son un paraíso fiscal. El tipo era un pescador, no tenía ni idea de finanzas, pero parece que alguien le dijo: “Oye tú, quieres vivir la vida a todo tren” y debió de decir que sí... Y ahí están acaparando dinero proveniente del narco-tráfico, la venta de armas y los evasores de impuestos. Lo de “me voy con los amigos a fundar un micro-estado paraíso fiscal” es un poco de coña, pero así es como han ido las cosas en otras partes. El valle de Arán se independiza porque oye, tienen el aranés y rápidamente se convence a sus ciudadanos en que pueden vivir mucho mejor si aprueban unas leyecitas de nada, una reducción de impuestos directos a tipo 0, y listo. Y quién dice el valle de Arán dice Pedralbes. ¿Por qué no? ¿Qué van a perder, la sanidad y la educación pública que no utilizan? Se independizan y punto... y nada de pagar impuestos, que eso es de pobres.

El caso de los paraísos fiscales y lo que favorecen el desmantelamiento de los servicios públicos (favorecen el tráfico de armas y de drogas) es un extremo, pero todos conocemos la competitividad a la baja en tema de impuestos: Diferentes Estados que compiten por atraer inversión extranjera a base de reducir impuestos. El caso más reciente que hemos vivido fue con el tema del Eurovegas... Madrid y Barcelona a ver quien se bajaba más los pantalones ante el capitalismo (eliminación de impuestos durante X años, modificación de leyes, infraestructuras gratuitas). Es ocurrió dentro de España pero es una tendencia internacional. La competencia entre estados, obviamente se hace más fuerte cuando se incrementan el número de estados. Y cuando se reduce la base impositiva directa y a empresas se incrementan las desigualdades sociales y se reducen los servicios públicos. Aquí, de nuevo gana el capitalismo. Aquí se pierden derechos sociales (educación, sanidad, etc.).

bonus) [Fuera de la lógica discursiva llevada hasta ahora, pero otro motivo para estar en contra de los procesos de independencia como el catalán] Adicionalmente indicar que si queremos usar el Estado como herramienta contra el capital. Lo que queremos es un Estado-herramienta grande, no uno pequeñito. En un mundo dónde las empresas son cada vez más monstruosas, el tamaño de los estados tiene, por lo menos que moverse al mismo ritmo, estados cada vez más pequeños serán cada vez menos capaces de frenar las corporaciones capitalistas.
 Conclusión 
En resumen, si planteamos el derecho a decidir, como el derecho de las comunidades imaginarias (naciones o pueblos) a tener un estado propio. Yo estoy en contra de dicho derecho. Porque si es un derecho y por tanto universal, se pierden una gran cantidad de derechos (laborales, ecológicos y sociales) que a mi modo de ver son muy superiores.


Nota adicional: Ni que decir tiene

Todo esto no quiere decir que esté en contra de la protección de las diferentes lenguas tanto oficiales como no oficiales de España. De cuidar el folclore de las distintas regiones. Pero desde luego no a través de la creación de Estados. En Catalunya se podría proponer un cambio en la constitución Española que suponga un blindaje al catalán (y de otras lenguas): Política lingüística y educación en materia lingüística por parte de las CCAA, posibilidad de hablar en Catalán/Euskera/... en Juzgados de las CCAA, en el parlamento y en el Senado. Con esto si estaría de acuerdo. El derecho individual a hablar en Catalán y el derecho colectivo (como planeta) a la diversidad lingüística no va en contra de ningún otro derecho fundamental de carácter superior.

Si es un tema económico: Balanzas fiscales y demás, bueno, pues sí los ricos pagan más impuestos que los servicios públicos que reciben a cambio. Las balanzas fiscales de los ricos son siempre deficitarias.

SalvaE (discusión)13:18 4 oct 2014