La Comuna, Presxs del Franquismo

La Comuna es una asociación de gente que combatió contra el franquismo en su última etapa, formamos parte de la generación que desde los años sesenta se enfrentó a la dictadura, y por ello sufrió tortura, cárcel, exilio, clandestinidad y el más diverso tipo de represalias. Como luchadores y luchadoras por las libertades y la revolución social, nos opusimos a la monarquía centralista impuesta por Franco y a la política de reconciliación basada en la impunidad de los crímenes de la dictadura y en el mantenimiento, sin la menor depuración, de un aparato de estado que fue su indeseada herencia.

Hemos constituido una asociación independiente, cuyo referente ideológico es el mismo que compartimos frente al franquismo: la lucha por la libertad, la defensa de los derechos de las personas y los pueblos, y el deseo de construir un mundo mejor y más justo. La hemos llamado La Comuna, como recuerdo a nuestra forma de organizarnos en la cárcel, compartiendo nuestros escasos bienes materiales e intentando oponernos, lo más unitariamente que pudimos y supimos a la represión de nuestros carceleros.

Presentación

Queremos que un factor esencial de la asociación sea carácter abierto y unitario. Abierto a todas las personas que por su participación en cualquier organización o movilización social sufrió las represalias del régimen franquista. Unitario por su voluntad de participar en la consolidación de un movimiento por la recuperación de la memoria histórica lo más amplio posible.

La Fraternidad y el Apoyo Mutuo forman parte de nuestras señas de identidad y constituyen un valor a generalizar frente a un modelo social competitivo e insolidario. Queremos, ahora, que nuestra asociación nos ofrezca la ayuda y complicidad que la represión, la clandestinidad y el exilio nos impidió ejercer plena y libremente

Las víctimas del franquismo hemos sido durante todo este tiempo ignoradas y silenciadas, es hora de recordar nuestra lucha y la represión padecida, como una parte imprescindible de la historia reciente de nuestro país. Esa es hoy nuestra tarea: recordar e impedir el olvido y la falsificación. Exigir responsabilidades a quienes colaboraron con la dictadura y la mantuvieron a fuego y a sangre. Nuestra lucha pasada es una parte de la memoria olvidada; nuestra lucha actual debe ser recuperar esa historia colectiva.

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Historia

En la primavera del año 2010, un grupo de represaliadas y represaliados políticos del franquismo, de diferentes ideologías o militancias pero unidos por la común experiencia de la lucha contra la dictadura, iniciamos una reflexión sobre la necesidad de constituir una asociación que llenase el hueco que, en nuestra opinión, existía en nuestro país dentro del movimiento por la memoria histórica iniciado desde hace unos años.

Hasta entonces, las asociaciones existentes se habían centrado, principalmente, en los crímenes y en la represión de la guerra y la postguerra.

Las personas que nos hemos agrupado en esta asociación apoyamos, como nuestra, su lucha por la justicia y la memoria. Pero nuestro tiempo es otro.

Durante nuestra infancia empezaban a salir de las cárceles las víctimas del franquismo que habían tenido la “fortuna” de haber sido condenadas a cadena perpetua en lugar de ser fusiladas, a la vez que ingresaban en ellas los hombres y mujeres protagonistas de las nuevas luchas obreras y populares.

Ese fue nuestro tiempo: el franquismo tardío. Un sistema totalitario en el que las nuevas castas de poder se consolidaban en connivencia con las más rancias oligarquías, que aspiraba a homologar internacionalmente, mediante la entrada masiva del capital transnacional y la bendición permanente de la Iglesia, la continuidad de la dictadura apenas retocada con un superficial maquillaje modernizador. Frente a la falsa imagen benevolente (de “dictadura blanda”) que ha difundido cierta historia interesada de aquellos años, el final del franquismo vino acompañado por un endurecimiento de la represión policial y judicial para frenar el auge de las luchas populares y garantizar la sobre-explotación de los trabajadores, en el marco de la acelerada acumulación capitalista operada durante el llamado “desarrollismo”.

Aquel fue un sistema criminal hasta el último momento, como podemos acreditar quienes sufrimos la brutal represión de aquellos años, que culminó en los asesinatos de septiembre de 1975, y que está perfectamente documentada en expedientes, sumarios, etc. (además de en nuestro propio recuerdo) cuya recuperación, recopilación y difusión es precisamente uno de nuestros objetivos como Asociación.


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Organización

Por nuestra dignidad como luchadoras y luchadores antifranquistas

No se trata de apelar al victimismo, pero sí de defender el papel de las luchas sociales y políticas que, durante 20 años (entre mediados de los 50 y mediados de los 70) desde el movimiento obrero, el movimiento estudiantil, desde los barrios, desde los sectores profesionales y de la cultura, fueron determinantes para el final de la dictadura. Y rescatar el papel de miles de personas, en su mayoría anónimas, que sufrieron la represión entregando años de su vida, cuando no la propia vida, a esa causa, y gracias en buena medida a las cuales hoy disfrutamos de los derechos y libertades básicos. Víctimas cuya invisibilidad pública contrasta cruelmente con la sacralización de las víctimas del terrorismo, como si debiéramos aceptar que el terrorismo de la dictadura disfrutase de impunidad histórica.

Los pactos de la Transición impusieron un manto de silencio sobre la naturaleza del franquismo y sus crímenes, que en primer lugar perseguía dotar de impunidad a sus perpetradores. Como efecto colateral, este pacto exigió también ignorar la resistencia antifranquista y a sus víctimas. Reconocer la existencia de éstas hubiera implicado identificar a los responsables de los crímenes, a los que el sistema encubría. Y las víctimas fueron olvidadas.

La defensa de su dignidad y la lucha contra este olvido será el primer eje de nuestra lucha.

Contra la banalización del franquismo

En los últimos años asistimos a una larvada relectura del franquismo mediante su banalización, cuando no su embellecimiento, por parte de epígonos mediáticos e historiadores supuestamente respetables, cuya mayor y más costosa obra es el reciente Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia, realizado con el objetivo de fijar como definitivo el relato que conviene a sus intereses.

Somos las represaliadas y represaliados vivos, los que podemos y debemos dar testimonio directo de aquellos crímenes (detenciones, multas, torturas, cárcel, asesinatos, exilio, falta de libertad, censura…). Nuestro testimonio tiene el valor del documento histórico, y tenemos la obligación de transmitirlo ahora por la dignidad de nuestra memoria y en defensa de todo aquello por lo que siempre hemos luchado.

Por eso, vamos a trabajar, también, contra la falsificación de la historia y en defensa de la memoria de la represión y la lucha antifranquista como un legado fundamental de nuestra vida.

Se lo debemos a las futuras generaciones.

Contra la impunidad del franquismo

POR LA DEROGACIÓN DE LA LEY DE AMNISTÍA DE 1977

Nuestra lucha en este terreno se centra en identificar y llevar ante la justicia a los responsables de aquellos crímenes, y exigir su condena pública moral y política.

La Amnistía fue la reivindicación política central de las luchas en la etapa final del franquismo. Pero en manos de los legisladores de la Transición se convirtió en una auténtica LEY DE PUNTO FINAL para los crímenes cometidos por la dictadura. Y esa misma ley es hoy la coartada que esgrime el poder judicial español en su defensa cerril de la impunidad del franquismo.

En efecto, la Ley 46/1977 de Amnistía, que apenas ocupa una página del BOE, en su artículo segundo hace desaparecer cualquier tipo de responsabilidad por los asesinatos, cárceles, juicios, torturas y todo tipo de tropelías sufridos por millones de personas. Crímenes contra la humanidad que la justicia internacional consideran imprescriptibles. Así se entiende que el aparato judicial se oponga con uñas y dientes a la apertura de un proceso en el que está directamente implicado. Nunca mejor dicho aquello de que no se puede ser, a la vez, juez y parte.

Hay que añadir que la Ley de Amnistía fue promulgada antes de la aprobación de la Constitución de 1978. El día 10 de febrero de 2012, la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, pidió públicamente a España, en sede oficial, la derogación de esta ley.

Literalmente, en palabras de su portavoz, Rupert Colville, señaló: “España está obligada, bajo la Ley Internacional, a investigar las graves violaciones de los derechos humanos, incluidos los cometidos bajo el régimen de Franco, y a procesar y castigar a los responsables si todavía están vivos”. Y agregó que “España debe derogar su ley de amnistía de 1977 puesto que no es conforme con las leyes internacionales sobre derechos humanos”.

Por todo ello, y dentro de esta lucha contra la impunidad, La Comuna ha decidido personarse jurídicamente en la querella 4591/10 presentada ante el Juzgado Nacional Nº 1 de Buenos Aires.

Animamos a todas las mujeres y hombres que quieran acabar con la impunidad de los crímenes del franquismo a dar su apoyo a esta acción.

Por la justicia y la reparación

Pero también vamos a luchar por reparar las injusticias que hemos sufrido:

Fuimos encarceladas y encarcelados tan solo por defender la libertad y la justicia frente a la dictadura. Por ello exigimos la anulación legal de todas las condenas que dictaron los tribunales franquistas.

Las mujeres que participaron en aquella lucha sufrieron una doble represión, como antifranquistas y como mujeres, por lo cual tuvieron que soportar todo tipo de humillaciones y vejaciones por parte las fuerzas represivas. Reivindicamos, como una parte esencial de nuestro proyecto, el papel de todas las luchadoras que aportaron su sacrificio a la lucha antifranquista a la vez que defendieron su dignidad como mujeres.

La lucha y la violencia represiva de aquellos años (detenciones, torturas, cárcel, vida clandestina) llevaron, en muchos casos, a la imposibilidad de mantener una vida de trabajo y estudio normal en los años de nuestra juventud (estudios interrumpidos, represión laboral, exilio.…). El sacrificio de aquellos años nunca fue reconocido por la sociedad y muchas de aquellas personas tuvimos que reconstruir la vida en condiciones difíciles, haciendo frente, incluso, a problemas de salud como consecuencia de todo ello.

Pero quienes nos agrupamos en La Comuna no olvidamos: estamos trabajando por la mejora de las condiciones materiales y la situación personal de todas las represaliadas y represaliados, con una atención especial para quienes han llegado al final de su vida laboral en una situación precaria, y vamos a reclamar, para todas las víctimas de la represión franquista, reparaciones morales y compensaciones públicas dignas, similares a las que han recibido los luchadores antifascistas en otros países europeos.

Por la unión para seguir luchando

Nuestra asociación toma su nombre de las Comunas carcelarias, y como tal pretende ser un proyecto unitario, por encima de particularidades ideológicas o militantes y abierta a todas las personas que compartimos la experiencia de la represión y la lucha contra la dictadura franquista. La “Comuna” de las cárceles será nuestro modelo. Estamos construyendo una red de autoayuda entre quienes nos hemos unido en esta asociación, y la fraternidad y el apoyo mutuo son nuestras señas de identidad.

Reivindicamos la memoria de nuestra lucha, pero vivimos en el presente. No olvidamos que nuestra lucha no fue solo contra el franquismo, sino también por construir una sociedad nueva. Por ello estamos hoy junto a todos los hombres y mujeres que siguen luchando por un mundo mejor y más justo.

Las conquistas políticas y sociales, que se consiguieron con el sacrificio de la lucha antifranquista, se encuentran hoy gravemente amenazadas por las políticas antisociales y represivas de la derecha extrema que gobierna en nuestro país. Defender la libertad y la justicia es más necesario hoy que nunca: quienes participen en esa lucha nos encontrarán siempre a su lado.

Esto es la Comuna:

Nuestra memoria, el testimonio de nuestra lucha, el presente de nuestra vida, la fraternidad solidaria, la defensa de nuestros ideales y la lucha por la libertad y la justicia.

Para ello te necesitamos junto a nosotrxs.

Por eso hemos creado La Comuna.

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