Antonio Yáñez-Barnuevo Milla

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Antonio Yáñez-Barnuevo Milla, represaliado por el franquismo, fusilado el 6 de agosto de 1936.[1]

Contenido

[editar] Biografía

Antonio nació en El Saucejo. Era militar / capitán de la guardia de asalto.[1]

El Capitán ANTONIO YÁÑEZ-BARNUEVO DE LA MILLA, fue FUSILADO por elementos franquistas en Cádiz, en 1936, por su lealtad y defensa de la Legitimidad REPUBLICANA Yannez-Barnuevo word pressAntonio Yáñez-Barnuevo de la Milla nació en El Saucejo (Sevilla), en 1903. Militar profesional de Artillería, participó en las protestas de los artilleros contra la dictadura de Primo de Rivera que disolvió el cuerpo por no ser fiel al régimen militar. Yáñez-Barnuevo fue condenado a un año de prisión. Restaurada el Arma de Artillería en 1930, fue repuesto en su grado y cuerpo. En 1932 pasó a la recién creada Guardia de Asalto en Madrid y Málaga. Después de la victoria del Frente Popular en 1936, fue destinado al Ministerio de la Guerra en Madrid, y después al Cuerpo de Carabineros, donde ascendió al grado de capitán, siendo destinado en junio de 1936 a mandar la Guardia de Asalto de Cádiz.

El 19 de julio de 1936, Yáñez-Barnuevo se convirtió en el principal hombre de confianza del gobernador, Mariano Zapico Menéndez-Valdés, y el más activo opositor al movimiento faccioso en Cádiz. Procedió personalmente a la detención del capitán Julio Almansa Díaz y del teniente Joaquín Rodríguez Llanos, así como de varios soldados del Regimiento de Infantería nº 33 de Cádiz. Con aquellos de sus hombres que consideró más leales organizó y dirigió pistola en mano la defensa del edificio, contando con el apoyo de unos 400 miembros del Frente Popular, parte de los cuales armó con las de sus guardias.

El capitán Yáñez-Barnuevo resistió heroicamente, junto Zapico, el teniente coronel jefe de la Comandancia de Carabineros Leoncio Jaso Paz, el capitán de fragata Tomás de Azcárate, el secretario particular del Gobernador Antonio Macalio, el jefe de telégrafos Luis Parrilla Asensio. Tras la rendición del Gobierno Civil a la mañana siguiente al llegar al puerto los Regulares de Ceuta, lo que hizo imposible resistir más tiempo, fue detenido e ingresado en el castillo de Santa Catalina. Todos ellos fueron acusados del incongruente delito de rebelión militar al oponerse a la sublevación.

El joven capitán Yáñez-Barnuevo fue leal hasta la última gota de su sangre al Gobierno de la República, que no tardó en derramar. Se le acusó de “ser el alma de la resistencia, tomando parte activísima en la defensa del Gobierno dando armas a los marxistas ordenando que fuesen a ocupar sus puestos y que economizasen municiones”. El fiscal apreció la agravante de “perversidad”, y solicitó la pena de muerte para todos los procesados. El 4 de agosto Queipo de Llano ordenó la celebración del consejo de guerra. En Cádiz, los fusilamientos por consejos de guerra arrancaron el 6 de agosto de 1936. El fiscal de la Audiencia de Cádiz, Felipe Rodríguez Franco, los definió como “monstruosidad jurídica”.

A la 11 horas del día siguiente, se dictó sentencia de muerte, que fue inmediatamente aprobada por Queipo de Llano. A las 5,30 del 6 de agosto de 1936, Yáñez-Barnuevo fue fusilado en el castillo de San Sebastián junto a Zapico, Jaso y Parrilla por tropas del Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas nº 2 de Melilla. Todos fueron a la muerte con gran serenidad y dando vivas a España y a la República”. Aquella fue la primera sangre que se vertió en Cádiz como consecuencia del funcionamiento de la máquina represiva jurídica de los rebeldes fascistas. La mayoría de los guardias de asalto y buena parte de los milicianos que mantuvieron la defensa, fueron también ejecutados después de la rendición, si bien éstos ni siquiera fueron sometidos a consejo de guerra.

Durante muchos años, los familiares del capitán cerraron en señal de dolor cada 6 de agosto todas las persianas de su casa y hoy día siguen conservando como una reliquia la carta que escribió minutos antes de ser fusilado y donde decía “tengo fe en que no pasaré a la paz eterna sino a otra vida más humana y justa”. El 6 de agosto de 2.006, se colocó una placa en el Castillo de San Sebastián de Cádiz, dónde fueron fusilados.

[editar] Memoria

El nombre de esta persona aparece en las bases de datos de algunos proyectos memorialistas.

Puede dejar flores virtuales a esta persona.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

[editar] Enlaces externos