Antonio Caro Jiménez

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Antonio Caro Jiménez, víctima española del nazismo, fue deportado al Campo de concentración de Mauthausen en Austria, donde murió el 14 de marzo de 1942 en el subcampo de trabajo de Steyr.[1][2]

Contenido

[editar] Biografía

Antonio Caro Jiménez, conocido como "Chiribo", era natural de La Campana, provincia de Sevilla.[1][2]

Durante el periodo inicial de la sublevación militar, Antonio Caro perteneció al Comité de Defensa de la República en su pueblo, de donde tuvo que huir, con 19 años recién cumplidos, hacia el norte de la provincia. Se ignora cuál fue su periplo miliciano durante la Guerra Civil, excepto que luchó por la República Española en el frente de Aragón y que llegó a ingresar en la 126ª Compañía 32ª, Grupo de Asalto, que operaba en Barcelona.

El 26 de enero de 1939 las tropas sublevadas ocuparon Barcelona; dos días más tarde y a la desesperada, el ministro republicano de Estado, Julio Álvarez del Vayo, consiguió del gobierno francés la apertura de la frontera para acoger a la población civil.

El 5 de febrero de 1939 se aceptó la entrada en territorio francés de combatientes a cambio del desarme e internamiento en campos de concentración. Estos campos se dispusieron en localidades cercanas a la frontera en la costa del departamento Langedoc-Rousillon: Argelés-sur-Mer, Coulliure, Saint-Cyprien, amén de algunos más que se abrieron a lo largo de toda la frontera pirenaica.

Entre los días 5 y 9 de febrero se da una entrada masiva de refugiados. Las largas columnas de seres humanos que intentaban atravesar la frontera eran también bombardeadas desde el aire.

El 8 de febrero se abrió el campo de Saint-Cyprien para los refugiados que habían entrado por los puestos fronterizos de Le Perthus y Cerbère. A este campo fue a parar Antonio Caro. En total, 465.000 refugiados -de ellos 260.000 milicianos- cruzaron la frontera huyendo de la muerte, la encarcelación y el ostracismo social hacia un futuro más que incierto.

A finales del año 39, Antonio, deseoso de abandonar el campo de internamiento de Saint Cyprien y convencido de que, por el momento, no podría volver a España, se alistó en la 108 Compañía de Trabajo para Extranjeros (C.T.E.). En total, 104.000 exmilitares españoles estuvieron obligados a trabajar con el objetivo de generar beneficios para la República Francesa, 55.000 organizados en CTE. El costo de estas compañías para el estado francés era de 300 millones de francos; sin embargo, los beneficios llegaban a los 350.000 millones de francos ya que la mano de obra extranjera era en promedio un 66% más barata que la mano de obra nacional.

Con la amenaza y posterior ofensiva del ejército alemán en 1940, muchas compañías de trabajadores extranjeros fueron desplegadas en la zona del ejército para realizar labores de refuerzo y acondicionamiento en la Línea Maginot, en la zona noreste de Francia. Muy probablemente la 108 CTE se situara en Faulquemont, localidad de la provincia de Mosela, en la región de Lorena, muy cerca de la frontera con Alemania; aunque también podría haber estado en Saint Florentin junto a las compañías 107 y 109. Las CTE estaban formadas por 2 oficiales (uno francés y otro extranjero); 8 suboficiales; 8 caporales; 12 soldados franceces y 230 soldados extranjeros desarmados.

En mayo de 1940, durante la ofensiva de las tropas alemanas contra el ejército francés, las CTE que habían sido desplegadas en la zona del ejército se encontraron en medio de la lucha o bajo el fuego de la aviación enemiga. Unos 5.500 españoles murieron durante la batalla de Francia. Después de la derrota, la Wehrmacht y los Einsatzkommando (grupos compuestos por miembros de la SS y la Gestapo) capturaron a miles de proveedores de servicio en la zona ocupada.

En julio de 1940, la invasión de Francia por los alemanes era ya un hecho. Antonio fue conducido, junto a los compañeros, tanto de su compañía de trabajo como de otras compañías, al Frontstalag 140 (campo de tránsito dentro de la zona ocupada), en Belfort, junto a la frontera franco-suiza, en donde se le asignó el número de prisionero 7367 para, posteriormente, ser trasladado al Stalag XI-A, cerca de la ciudad de Altengrabow (Sachsen-Anhalt o Alta Sajonia).

Un "stalag" era un campo de concentración de prisioneros de guerra (POW). En los stalags podían ser mantenidos de acuerdo con la Convención de Ginebra de 1929 y, aunque eran obligados a trabajar, los prisioneros de guerra tenían derecho a mantener correspondencia con sus familias en unos impresos a tal efecto.

Como el Gobierno de Francisco Franco había aseverado que no existían españoles más allá de las fronteras, fueron abandonados en manos del gobierno nazi que negó a los prisioneros españoles la consideración de “prisioneros de guerra” y los utilizó como mano de obra esclava en campos de concentración junto a judíos, soviéticos, disidentes políticos y otros colectivos considerados “peligrosos” por el Reich como gitanos y homosexuales.

Los españoles recluidos en stalags fueron deportados y transportados en vagones de ganado a diferentes campos de concentración. Hay que decir que aproximadamente 10.000 españoles fueron deportados a campos de concentración nazis desde 1940 a 1945 (Dachau, Ebensee, Allach, Buchenwald, etc.). La gran mayoría de ellos, fueron trasladados al de Mauthausen, en torno a la pequeña la localidad del mismo nombre, en Austria, aproximadamente a 20 km. de Linz, ciudad natal de Adolf Hitler. En un principio, este campo había servido para la reclusión de delincuentes. Pasaron por este campo un total de aproximadamente 8.700 españoles desde el verano de 1940. También hubo mujeres españolas en los campos de concentración, el de Ravensbrück era el que reunía a un mayor número.

Antonio llegó a Mathaussen el 3 de Noviembre de 1941 en un grupo de cincuenta hombres procedentes del stalag XI-A. Estos grupos eran trasladados en vagones de tren hasta la estación donde fueron recibidos por soldados, perros y kapos, es decir, con golpes y mordiscos. Seguidamente, tuvieron que caminar a pie los cuatro kilómetros que les separaba del campo. Antonio No conservó su número de prisionero de guerra y se le asignó un nuevo número de matrícula, el 3193, este número debía aparecer bien visible junto al triángulo azul que designaba a los españoles como "apátridas".

Desde 1940, Mauthausen contó con varios Kommandos exteriores o subcampos. Estos subcampos de Mauthausen incluían fábricas de armas y municiones, canteras y minas. Uno de los más terribles era Gunsen (I y II), a 5 kilómetros. Era un campo sanguinario destinado al exterminio de los presos más débiles, cada cierto número de días, eran asesinados grupos enteros de personas.

El trabajo de esclavo se realizaba en condiciones particularmente duras, hasta quedar los presos totalmente agotados. A estas circunstancias se les sumaba un trato vejatorio y criminal. Reseñables son las deleznables actuaciones de los jefes de comandos, los llamados kapos. Aunque los había de otras nacionalidades como los polacos, también existían kapos españoles que maltrataban física y psicológicamente a sus propios compatriotas. Cuando terminaba la jornada de trabajo, los prisioneros de los comandos exteriores volvían a Mauthausen. Estos ocupaban la barraca nº 10. Algunos simplemente eran transferidos al campo central para ser exterminados, o bien eran eliminados con inyecciones letales, gas en el propio campo o mediante palizas, e incinerados en un crematorio local para no colapsar los de Mauthausen.

Otro de estos subcampos estaba en la bella ciudad de Steyr, a orillas del río del mismo nombre, en donde se fabricaban automóviles, armamento y maquinaria militar para la empresa Steyr-Daimler-Puch, corporación que hoy en día aún sigue en activo. Los presos fueron extraídos del campo principal con el fin de explotar su mano de obra para la producción de armas y para la construcción de búnkeres antiaéreos en la ciudad. Aproximadamente 300 presos habían sido transferidos ida y vuelta entre Mauthausen y Steyr desde 1941. Sin embargo, debido a la creciente escasez de trabajadores cualificados en la fabricación de motores de avión, en el otoño de 1941, la gestión de Steyr-Daimler-Puch comenzó a presionar para la asignación de prisioneros cualificados y el establecimiento de un subcampo local, pero la petición fue rechazada y solo fue hasta la primavera de 1942 que se instaló un campamento provisional en las inmediaciones de las instalaciones de la fábrica. Muchos presos murieron en el subcampo de Steyr a causa de la desnutrición, trabajando constantemente a un ritmo demasiado rápido. Desde 1941 hasta 1945, 141 españoles fueron trasladados a Steyr. De ellos, 53 murieron desde el 17 de Enero de 1942 hasta el 11 de Marzo de 1945.

Antonio Caro Jiménez, fue enviado a Steyr y finalmente asesinado mediante malos tratos en el propio subcampo el 14 de Marzo de 1942.

Desde su internamiento en el campo de refugiados de Saint Cipryen, Antonio Caro Jiménez mantuvo correspondencia con su familia, de ahí que se tenga mayor cantidad de datos sobre él desde su llegada a Francia. Escribió también durante su estancia en la compañía de trabajadores extranjeros y durante su internamiento en el stalag XI-A. En este último caso, los prisioneros podían escribir a sus familias en unos impresos que se les entregaba a tal efecto. No obstante, no se les permitía recibir noticias del exterior.

[editar] Memoria

El nombre de esta persona aparece en las bases de datos de algunos proyectos memorialistas.

Puede dejar flores virtuales a esta persona.

[editar] Véase también

[editar] Referencias

[editar] Enlaces externos